Mauro fue rápidamente, cruzó el río caminando sobre las aguas, tal como lo hizo Cristo, y jaló a Plácido hasta la orilla. Luego llevó al pequeño hasta el monasterio. 
                    Más adelante, Mauro le señaló a San Benito que este prodigio había sido posible gracias a sus méritos, pero el sabio Abad le respondió: “En efecto, ha sido un milagro, pero no
                    debido a mis méritos como dices, sino al espíritu de obediencia con que tú procediste”.
                    La Enciclopedia Católica relata que al parecer San Plácido acompañó a San Benito cuando el Abad se mudó a Montecassino. San Mauro se quedó en el monasterio de Subiaco,
                    pero tiempo después también se fue a Montecassino, donde llegó a ser Abad del monasterio como su maestro.
                    Vatican News indica que a San Mauro también se le celebra cada 5 de octubre junto a su compañero San Plácido.
                
                
                Fuente: https://www.santopedia.com/ 
 https://www.aciprensa.com/