Recomendaba mucho la comunión frecuente y exhortaba a sus oyentes a convertir la Sagrada Eucaristía
                    en su alimento de todas las semanas.
                    Murió el 30 de julio del año 451. 
                    Quiera nuestro buen Dios concedernos que muchos predicadores y catequistas de nuestro tiempo
                    merezcan también el apelativo de Crisólogos: los que hablan muy bien.
                    Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. (Lc, 8, 21)
                
                Fuente: www.santopedia.com/ 
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